Como en el colegio de monjas leí muchas vidas de santos tengo el profundo convencimiento de que a los tendales feos hay que quererlos tanto como a los guapos porque todos son tendales de Dios. Como soy persona caritativa, y este tendal era feo con ganas, le he dado un toque artístico al estilo de Amadeo Modigliani.
¿A qué me ha quedao monisisísimo? ¡Que buena soy! Segurísimo que cuando me muera me voy al cielo y desde allí podré ver todos los tendales del mundo y nada más pasar por la puerta de San Pedro, el señor Dios, que es omnitodo, me nombrara la protectora de los tendales, ¡como si lo viera! ¡Santa Luisa de los Tendales! Y la gente de la tierra pondrá mi imagen en sus lavadoras y tendederos y me rezarán para que los libre de la lluvia y los huracanes y las manchas de fruta que son las peores. Yo, en lo que dura un aclarado, premiaré a los tendales buenos pero castigaré a los malos moviendo mi naricita tal cual Samantha la bruja guapa de "Embrujada". En cuanto tome posesión de mi cargo nombraré a Santa Bárbara mi mano derecha y todos seremos, tendalisticamente hablando, inmaculadamente limpios y secos. ¡Ay que nervios, tendré que hacerme un liftig artístico para estar mona en las estampitas!
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