La Breixa tenía una burra, decía que era la burra de la Breixa. La de Ponte tenía una burra, decia que era una burra lista, era la burra de la Ponte.
Enfrente de los de Ponte vivía Asunción, su casa se llamaba O Petón y tenía un cerezo. Vivía sola y cuando en invierno iba de visita a la casa de los de Ponte llevaba en el bolsillo un "pachuzo" de paja. Caida la noche, cuando llegaba el momento de cruzar los veinte metros que la separaban de su casa prendía el "pachuzo" en el fuego de la lareira y se marchaba, cruzaba el camino y, al llegar a su casa, lo apagaba no chan con un pisotón de su zapatilla negra.
La Breixa se murió. Su tendal quedó vacío.
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